mafia

La mafia de los “vende laptops” se delata a si misma

Fuente de la imagen destacada: Mafia – Temná tvář Italie [Dokument] – YouTube


Comentario inicial.-

Creo que nos ha pasado a todos: vamos a un comercial especializado en electrónica y tecnología tal como El Chiriguano, Neval, La feria de la computación u otros en busca de computadoras o accesorios para las mismas, solo para toparnos con que casi en todas las tiendas aquello que uno busca cuesta más o menos lo mismo. Uno podría atribuir este hecho a que comerciar productos muy similares (por no decir idénticos) que probablemente son obtenidos del mismo proveedor da como resultado precios relativamente homogéneos.

Nosotros como consumidores siempre vamos a tender a buscar la oferta más económica, considerando que otros factores tales como las características del producto en cuestión y la garantía ofrecida se mantengan iguales.

Eso si, hay que dejar algo en claro: somos un país sub-desarrollado, mediterráneo y con una política de impuestos que necesita una revisión, por no decir una reingeniería. Al final de cuentas, somos los consumidores quienes sufrimos las consecuencias, ya que:

  • Al ser un país sub-desarrollado, no tenemos una industria local lo suficientemente avanzada que pueda ofrecer alternativas de productos tecnológicos con las características técnicas y de calidad exigidas por la población, por lo que casi todo lo referente a hardware de computación tiene que ser importado.
  • Al ser un país mediterráneo sin acceso soberano a puertos marítimos, tenemos que pagar más por transporte y esperar más tiempo por la llegada de mercadería importada. El transporte aéreo en muchos casos es prohibitivamente costoso, por lo que no siempre es una alternativa viable.
  • Los impuestos para importación de aparatos electrónicos en Bolivia son prácticamente del 25%: 14.95% por I.V.A. (impuesto al valor agregado) + 10% por G.A. (gravamen arancelario). Esto quiere decir que al importar un producto de $500, el gobierno nos castiga con $125 de sobreprecio, sin tomar en cuenta los costos de trámites de liberación de aduanas.

PD: hablando de producción de tecnología en el país, en mi opinión Quipus (que por lo visto se está cambiando de nombre a “Aurum”) no cuenta.

Laptop Kurmi, a la venta en el sitio web oficial de Quipus Bs. 3.400. Este es el mismo modelo que el MinEdu entregó a los profesores en 2012.
Características de la Quipus Kurmi: sabor a gama media-baja del 2012.

¿Qué sentido tiene un impuesto alto que desmotiva la importación de tecnología si no hay una industria local que ofrezca alternativas competitivas? Yo diría que esto es contraproducente y en su lugar incentiva al contrabando.

Aquí es donde entra en juego el principal beneficio de la libre competencia: los comerciantes tienen que esforzarse para mantenerse competitivos y ofrecer los mejores precios posibles para atraer a más compradores. Los consumidores somos quienes terminamos ganando al obtener precios mejores (es decir, más bajos).

Todo esto funciona como un relojito cuando los comerciantes mantienen prácticas éticas y los consumidores tienen expectativas razonables. Lastimosamente, esto es Bolivia, donde el esfuerzo honesto es la excepción, y la “viveza criolla” (corrupción) es la regla.

En esta entrada se aborda una de las razones por las cuales tenemos precios tan malos en el mercado local.

La máfia se hace notar.-

Hace unos días, la siguiente captura de pantalla ha estado circulando por las redes sociales, alborotando los ánimos de personas que son familiares con los precios elevados de los productos tecnológicos en general y de laptops o computadoras portatiles en particular.

Captura de pantalla en que se exponen prácticas de fijación de precios y amenazas por parte de comerciantes.

De aquí en adelante voy a referirme al reclamador como “el mafioso” y a la otra parte como “el comerciante”.

Si, el mafioso, ya que a mi parecer, esto es una mafia: una organización no oficial, irregular, que establece sus propias reglas (probablemente) ilegales, que van en desmedro de la población y utilizan amenazas y violencia para mantener la competencia a raya.

Vayamos por partes:

1. La llamada de atención.-

Parte 1 del chat entre el mafioso y el comerciante.

El mafioso inicia la conversación con un aire de sobervia, como si fuera dueño de lo que se publica en la red. Da a entender que el comerciante es un novato que no se sabe las “reglas” del mercado.

Explica que los vendelaptops manejan “precios estándares” para evitar “muchas cosas” (supongo que eso es lingo para “competencia libre”).

Por si acaso, esto de que varias partes se pongan de acuerdo para cobrar un “precio estándar” por encima de lo normal es conocido en Estados Unidos como price fixing y es ilegal, ya que quebranta el mecanismo fundamental de la competencia de libre mercado y va totalmente en contra de los consumidores, quienes terminan pagando más sin recibir ningún beneficio adicional.

Claramente, al mafioso no le gusta que gente nueva ingrese al mercado ofreciendo precios competitivos que se encuentren por debajo de sus “estándares” ya que lo dejan sin clientes.

2. La respuesta y la amenaza.-

Parte 2 del chat entre el mafioso y el comerciante.

Como toda persona sensata, el comerciante procede a responder que la red es libre. Y tiene toda la razón, el está en su derecho de publicar sus productos al precio que le parezca conveniente, sin necesidad de recibir el visto bueno de nadie (excepto los moderadores y administradores de la plataforma en donde esté publicando, claramente).

Luego, lo que era duda se convierte en certeza: el mafioso prácticamente termina diciendo que no quiere competir en precio. Expresa que el precio estándar del producto en cuestión es de Bs. 12.000 y que normalmente lo venden entre Bs. 12.400 y Bs. 12.800, y que no por culpa de un nuevo ingresante van a vender a menos de Bs. 11.000.

Ya se, ya se, quién no quisiera exprimir a sus clientes, ¿no? jaja. Como dije anteriormente, todo dentro del marco de las prácticas éticas.

¡Ay que sos inocente!, ¿cómo no vas a saber que esto se da todo el tiempo y en todas partes?” me podrán decir algunos, a quienes invito a deponer sus aires de superioridad por un momento. El punto es tomar acción al respecto y no caer en complacencia ante estos esquemas.

El comerciante responde que el precio de sus productos no es decisión del mafioso. Nuevamente, está en su derecho, nadie lo puede obligar a cobrar más caro. Si sus precios son más competitivos que el resto, es por algo, quizás por conseguir la misma mercancía a menor precio, por conseguir transporte a menor costo o por último tener un margen de ganancia menor con el fin de vender mayor cantidad. Eso depende 100% de él y no se lo pueden imponer.

Si los demás comerciantes no pueden competir, de mi parte les va un “Uh, que pena, uh”. O buscan la manera de elevar su competitividad en precios, o buscan la manera de destacarse en servicios pos-venta, o se buscan otro oficio.

Finalmente, ante el desacuerdo del comerciante, el mafioso procede a amenazarlo, dicendo que se “aroma a las consecuencias” (vaya ortografía). Esto es preocupante, ya que dichas consecuencias podrían terminar siendo daños a la mercadería del comerciante, o algo mucho peor tal como un crimen ante su integridad física.

Maleantes a sueldo no faltan en nuestro medio.

Sobre la competencia desleal.-

Yo creo que la única justificación válida para negar el derecho de vender mercancía en el mercado es cuando se trata de:

  • Mercancía robada
  • Mercancía falsificada (counterfeit)
  • Mercancía alterada o contaminada
  • Mercancía usada y vendida como nueva
  • Contrabando

Esto debido a que la venta de tales mercancías:

  • Fomenta el crimen
  • Genera distorsiones en el mercado
  • Daña la reputación de las marcas involucradas
  • Puede causar daños económicos o incluso físicos a los clientes
  • Siembra desconfianza
  • Pone en deventaja a los comerciantes legítimos

Sin embargo, con competencia de mercado libre y ética, quienes ganamos somos nosotros, los consumidores o clientes.

Palabras finales.-

No hay que tenerle nada de simpatía a estos mafiosos quienes buscan lucrar a costa de una población desinformada y mañas de fijación de precios, y que encima de eso se enojan cuando les hacen competencia de verdad.

Si pudieras elegir quién decide los precios de lo que querés comprar, ¿a cuál de estos dos elegirías?

Creo que no puedo terminar de enfatizar lo siguiente:

Cuando sos un consumidor, ellos son tus enemigos.


Eso es todo por ahora, solo quería descargar un poco de rabia.

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